AMADEO GENTA

El Revolucionario Nº33 (Marzo de 2008)

Amadeo Nolasco Genta es un legendario de la burocracia argentina y un declarado peronista, con casi 40 años en el gremio de obreros y empleados municipales de la ciudad de Bs. As. Aunque hoy se pinte la cara cuando habla de la dictadura, y compare retóricamente a Macri con el brigadier Cacciatore, su colaboración con los militares (incluso denunciando y entregando delegados) y sus gobiernos municipales, fueron estrechos y mutuamente productivos.
Con su socio político, Patricio Datarmini, se han alternado ininterrumpidamente, desde 1983 hasta la fecha, en la conducción del SUTECBA y la presidencia de la Ob.SBA, su obra social. Desde diciembre de 2007, es secretario general de la COEMA, la confederación de los municipales a nivel nacional, puesto que heredó de Alfredo Atanasof, actual funcionario del gabinete de Scioli. De este modo, Amadeo Genta se ha transformado en el segundo sindicalista del país con mayor masa de afiliados, detrás del sindicato de comercio. Este hecho representa una gigantesca caja para el histórico dirigente, ya que, además de la enorme cantidad de trabajadores que nuclea su sindicato, éste debita obligatoriamente a sus agremiados el 6% de su salario, mientras que el descuento corriente para el resto de los trabajadores es del 3%.
“Nosotros somos como el obelisco; te podrá gustar o no, pero el obelisco siempre está. Nosotros también y los políticos tienen que negociar con nosotros”, declaraba Amadeo Genta hace unos años. Su anquilosamiento en la cúpula del gremio y la obra social le ha permitido a este burócrata, adicto a la cocaína, manejar con extrema discreción una abultada caja; trabar excelentes relaciones con todos y cada uno de los gobiernos; obtener gruesos subsidios estatales que jamás reembolsó; acceder a créditos en el Banco de la Ciudad para acrecentar su patrimonio personal y el de sus familiares; influir en los nombramientos del personal jerárquico del sector, especialmente en aquellas áreas relacionadas directamente con los empresarios; armarse de una nutrida fuerza de choque para reprimir a los trabajadores, como en el caso del Hospital Francés; etc. Nunca fue ajeno a los grandes negociados del poder, como cuando era concejal porteño en los ’90 y fue uno de los procesados por el escándalo de la “escuela shopping” junto al paradigmático intendente peronista Carlos Grosso.
Junto con Viviani, el burócrata de los taxistas, fue uno de los principales apoyos de Hugo Moyano para asegurar al camionero su continuidad como jefe indiscutido de la CGT, poniéndolo bajo los reflectores al convertirlo en el protagonista del enfrentamiento sindical con Macri.
Recientemente, en enero, expresó al arco de burócratas sindicales que dieron su apoyo a Kirchner con motivo de la interna del peronismo, el rentista sindical de los municipales que el ex presidente “...es sin duda la figura indicada para normalizar” el PJ, “...la figura clave para ocupar la presidencia que hace falta”. Y enfatizó: “Estamos con usted. Le pedimos que usted esté con nosotros.”